martes, 9 de junio de 2015

Capítulo 2.


Alzo la vista y ahí esta, Banko Frattini, uno de los mayores capos de la droga por aquellos tiempos, se muestra sosegado , siempre hierático. Sostiene sobre su mano derecha un puro, en la izquierda su copa. Es un hombre rudo, con una señalada cicatriz  vertical desde  la ceja derecha hasta el final de su ancha nariz. Hay muchas leyendas sobre esa cicatriz como la que dice que se la hizo un camello de poca monta al retarle por que le debía dinero, es la última vez que se supo algo de aquel ingenuo, o también se dice que se la hizo en el una corrida ilegal de apuestas, quien sabe, el caso es que cuanto mejor sepas de él mucho mejor, desgraciadamente yo sé mucho sobre él, quizás más de lo que yo quisiera.
En su mesa están sentados, los hermanos Cantoni;  Dallano Cantoni y Luchetti Cantoni los matones de Banko; Ferris Lepori, Hugo Minelli e Immannuel Macchi.
Les acompañaban dos insinuantes señoritas de compañía a ellas las conocía todo el mundo debido a su coste, su fama y  a su relación con Banko; Abriana Pavone, y Trista Carletti.

Yo contemplo la escena inquieto, y me pregunto en que momento habría aceptado ese trabajo, en ese momento hay que admitir que me puse nostálgico, pero no había tiempo para esas cosas.

Termino mi vaso de Jack Daniel´s, lo poso suavemente sobre la barra del bar, camino seguro de mi mismo, el suelo de madera cruje, me abro sitio entre la humadera de aquel lugar, mis pulsaciones suben pero sigo andando, me ajusto los tirantes, estaba decidido, había llegado el momento, apoyo mi mano sobre Banko, este intrigado se gira y...


CONTINUARÁ...

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