lunes, 8 de julio de 2013

Tres historias cruzadas.

Caminaba yo solitario por las calles del pequeño pueblo de Roncesville,volviendo al pasado en mis más profundos recuerdos, pensando en todo lo que había cambiado.
Paso a paso fui recorriendo la ciudad, me paré delante de la Iglesia, y miré hacia arriba, como solía hacer cuando era niño
Admirando cada uno de los minúsculos detalles, que a la vista de cualquier otra persona normal serían imperceptibles.
Por un momento, vuelvo a mi niñez, a ver a aquel pequeño muchacho pelirrojo, con gafas redondas las cuales destacaban su aguda miopía. Polo blanco con jersey negro, protegido con unos tirantes color negro, pantalón por las rodillas, y calcetines que le llegaban hasta las mismas, montado en un par de mocasines.
Escondido entre millones de pecas que recorrían todo el puente de su notable nariz, aquellos tiempos en los que respondía al nombre de Tommy.

Ahora, esta punta del cordón por aquí, estiro, y... ¡ya lo tengo! Había conseguido atarme los malditos mocasines por primera vez, yo solito. Pero no se lo contaré a nadie, "será una sorpresa" pensé.
Cogí la mochila roja de Marlboro que era más grande que yo con la mano izquierda, y con un pequeño esfuerzo, giré el pomo de la puerta que me conduciría hasta uno de los días más importantes de toda mi vida. Salí del portal dejando atrás a mi hogar, y ahí estaba la pequeña y única calzada roñosa que recorría las calles del pueblo.
Empecé a caminar raudo, con paso firme, y muy seguro de lo que iba a hacer.
Me ahogué en mis pensamientos, de tantos que tuve en aquel pequeño pequeño periodo de dos minutos, alcé la vista y resoplé fingiendo que no tendrían el menor significado.
Posé mis ojos sobre la nueva tienda de chucherías y golosinas que había abierto a 10 metros de mi casa, a la vuelta de la esquina.
Paré mi ruta unos instantes para admirar aquel gran escaparate de cristal. Pude ver todo tipo de golosinas; en forma de corazón, de cereza, de plátano, rosas, verdes violetas, Chupa-chups de todos los sabores y una cantidad ingente de nubecitas rosas, "ojalá tuviera todas esas chuches" me dije a mi mismo.
Cuando quise darme cuenta mi nariz estaba medio fusionada con el cristal del escaparate.
Pensé en comprarme algo, mi corazoncito soñador me decía que no me vendría nada mal un caprichito, pero mi mente derrocó a mi corazón cuando me dí cuenta de que no tenía ni una sola peseta. Decidí seguir con mi camino " ya trabajare esta tarde por unas pesetillas para poder comprarme algo" me dije con una sonrisa un tanto maliciosa y traviesa.
Agaché la mirada hacia el suelo viendo como mis pies invadían la superficie de los adoquines de color negro.
Había muchos de ellos levantados, cosa que me considero peligrosa.
Me aparté la manga del Jersey para mirar la hora, mis ojos casi se salen de sus órbitas al ver que solo faltaban 5 minutos para que el timbre del colegio hiciera acto de su presencia.
Me subí la otra manga, cogí fuerte los tirantes de la mochila y tomé un ultimo aliento para  hacer la carrera de mi vida.
Corría con mucha adrenalina, veía a la gente desaparecer cuando se me cruzaban a ambos lados de mi cuerpo, esa sensación me provocaba mucha alegría, por que ni nada ni nadie podría parar aquel frenetico trote que mis piernas dirigían.
Segundos después escuhé vagamente a mis espaldas un grito desesperado

-!Toooomyyyyy¡- Frené en seco, me giré, y vi a mi amigo Charlie corriendo muy agobiado y con cara de pocos amigos hacia mí.
-Te llevo gritando todo el camino y me has ignorado tío- me dijo entre horcajadas y apoyando sus manos en sus escuálidas rodillas
-Lo siento no te había oído-
-a saber en quien estabas pensando ehh-me dijo con cara perversa y levantando la ceja derecha
-llegamos tarde-
-lo sé, pero bueno por un par de minutos tarde que lleguemos no va a pasar nada, que estamos a dos pasos de la puerta-
Asentí convencido por sus palabras.

Charlie Ramona era mi amigo desde que tengo consciencia, siempre había estado allí, eramos inseparables, sus padres eran una humilde pareja, pertenecedores de la única panadería del pueblo, eran una  familia un tanto pobre, el pueblo entero les rechazaba pero yo nunca entendí el por que de aquellas reacciones.

Las dos horas siguientes me las tiré mandandome notitas secretas y confidenciales con Charlie. Faltaba un minuto para el recreo, y conforme avanzaban los segundos, aumentaban mis nervios. Tocó el timbre, salí de clase. Apresurado bajé escalón a escalón hasta pasar al porche del patio. Y ahí estaban Gordon con sus matones, como siempre dando mal a los más pequeños.
Uno de ellos Vince, se percató del pequeño examen negativo que les estaba haciendo. Gordon soltó del cuello a su pequeña presa, y con ara de asesino en serie vino con paso firme hacia mí y hacia Charlie.

-Mierda Toommy, ¿Por que les miras ahora vendrán a quitarnos el almuerzo y a zurrarnos pero bien-Dijo con lágrimas en los ojos.
-No tengas mierdo, este es un frente que tenemos que ganar-

Gordon y su panda habían estado molestando a Charlie, le empujaban por los pasillo, le tiraban las gafas al suelo, y le colgaban de los percheros por los calzones, y no podía dejar que le siguieran haciendo daño a mi "hermanito".

-Eh tsss vosotros dos, ¿que andáis mirando?- Dijo Gordon con tono chulesco

El corazón me iba a mil por hora, mi respiración se paró y empezaron a caer gotas de sudor frío por mi frente, con fuerza cerré el puño, suspire y dije:

-Lo matón que eres y lo débil que resultas ser-
-¿Pero que dices? !imbécil?- dijo con tono defensivo-!agarradle¡
-Digo que eres un cobarde por que siempre vas acompañado de estos matones tuyos ¿Que pasa que no sabes defenderte tu solito? !Deja en paz a Charlie¡


Decidí volver a la cruda realidad, la verdad es que era un buen recuerdo.
Yo siempre había sido introvertido, vergonzoso, callado, y desde aquel día fui mas valiente, más seguro de mi mismo.
Todo fue glorioso, y lo que también fue glorioso, fueron todos los moratones y rasguños que tuve al día siguiente, peor al menos a Charlie lo dejaron en paz, cierto es que nunca volví a saber casi nada de el.
Seguí caminando dejando atrás la iglesia, andaba por la roñosa calzada, y por aquellos adoquines negros en los que a los 10 años  me partí la ceja por no mirar por donde iba, de verdad son peligrosos. Giré mi cabeza hacia donde antes estaba aquella tienda de golosinas, que hoy por hoy había sido sustituido por un bar de mala muerte, era roñoso y sucio, algo bastante ilegal, de ese antro corren muchos rumores, y da la casualidad de que el gerente de todo aquello era un alcohólico desgraciado que había acabado con todo lo que un día tuvo por un vaso y una botella.
Me daba pena y a la vez me repugnaba, no tenía a nada ni a nadie. Nunca entraría en en aquel antro de eso estaba seguro. Aquel hombre se llamaba Kyle, Kyle Gordon.
Me dí media vuelta y una mano se poso bruscamente sobre mi hombro, un hombre con un pelaje tirando a canoso, con pantalones negros,camisa a cuadros, delantal, y trapo, me sonrio, ¿el? Gordon.

-¿No serás Tommy?¿Tommy Hanks? !señor¡  !pero cuanto tiempo¡ ¿Que tal zanahorio?
-Hola Gordon- Pronuncie con una sonrisa falsa
-¿Cómo es que has vuelto?¿que tal la vida?- me preguntaba efusivo y aparentemente feliz
-Volví hace dos semanas a por unos papeles, pero hoy me vuelvo a mi hogar, a la ciudad que nunca duerme-
Frunció el ceño y curioso me pregunto-¿Pero volverás?-
-No, no lo creo-
-Tommy mi vida no es fácil,- dijo sincerándose,- me estoy rehabilitando, veo una vez a la semana a Susie y a la pequeña Katie- me dijo con tono  esperanzador- esto ya no es lo mismo-
-ya, ya me he dado cuenta-
Cogió el trapo de su hombro y se secó las manos con los ojos llorosos.
Estuvimos hablando unos cuantos minutos, había cambiado  mucho después de la ultima  ves que lo vi a los 18, tenía buenas intenciones, me alegré mucho por él.

-Oye Gordon, ¿Y sabes que tal vida lleva Charlie?-
-¿Charlie?- dijo alarmado
-Si Charlie, Charile Ramona, no te hagas el tonto-
Veo que no te enteraste...
-¿enterarme de que?- dije preocupado
-Charlie cayó en las drogas-
- Si, de eso algo sabía-
-El mes pasado murió de sobre dosis, se que lo querías mucho, y si hubiera sabido como estaba antes, le habría ayudado, pensaba que ya lo sabías- dijo con tono triste y sereno.
 -No, no lo sabía- dije con tono cortante
-Esta en el cementerio de aquí, puedes ir a verlo-
-Si, eso haré, gracias Gordon-
-Adios Tom cuídate-

Entré con lagrimas en los ojos al cementerio, y busqué su lápida, entre nichos blancos y tumbas lo encontré.
Me vine abajo, me sentí fatal, el mes posterior me había dicho de vernos y yo lo ignoré-
No había sido un buen amigo, no fui al entierro de sus padres, había pasado de el..
Me limpié las lágrimas con la camisa, y miré la inscripción:
Charile Ramona 21 De diciembre de 1975- 30 de Enero de 2012

Estuve hablando con él y por fin me despedí.
Puse una rodilla sobre la tierra húmeda y me incorporé, me sequé las últimas lágrimas y fui andando.
Había abandonado todo había sido un egoísta pero por muchas cosas que hubieran pasado, la vida seguía delante.
Ya era tarde, la noche estaba cubriendo el cielo de estrellas, debía marcharme ya.

12 calles, 2 parquecitos, una calzada, una carnicería,una panadería, una iglesia y un colegio, si, así recordaré siempre al pequeño pueblo de Roncesville.

Continuara...

LCode





















domingo, 7 de julio de 2013

A lo largo de mi vida, me han pasado muchas cosas,

A lo largo de mi vida, me han pasado muchas cosas, 
he sufrido como nunca antes lo había echo
he llorado como un niño sin consuelo, 
he amado como nunca pensé que podía llegar a amar
he sido feliz, muy feliz,
 he sido decepcionada y he decepcionado
 me han echo daño y he herido
  me han mentido yo también
 me he fallado a mi misma y a mis sentimientos
 brindo mi amistad a todo aquel que me brinde su amistad y su simpatía.

 A lo largo del tiempo me han pasado muchas cosas

 pero día a día aprendo de todos mis errores
 convierto mis lagrimas en sonrisas
 mis abrazos son de complicidad al igual que mis sonrisas
intento ayudar a la gente que mas quiero
aunque a veces les falle
 me considero creadora de sonrisas
 animadora de sueños

 pero puede que tu no pienses igual que yo, quizá me odies o quizá al leer esto luego estés pensando mucho tiempo, pero piensa que pase lo que pase, ante todo eres un ser humano como yo, y todos cometemos errores si no, seríamos un prototipo humano un tanto repelentes, pero eh de los errores se aprende.A lo largo de mi vida me han pasado muchas cosas, y sinceramente no me arrepiento de nada de lo que he echo en toda mi vida, por que gracias a ello soy como soy.


L.Code

Solo un minuto de silencio

Solo un minuto de silencio
por todos nuestros recuerdos
por todos nuestros momentos
por aquellos besos que mataban
por aquellas miradas que embriagaban
a este corazón pequeño y mudo
a este cuerpo sensible y desnudo.

L.Code