miércoles, 27 de febrero de 2013

Si, Hemos ganado.


La tenue luz incandescente y el calor tan intenso de aquel lugar, provocaban en mí, un efecto algo extraño, pues se me caían los parpados, y no hacía más que intentar  no caer, no rendirme ni un segundo.
Escuchaba a las personas que estaban a mí alrededor, pero no entendía demasiado bien, pues no prestaba la atención suficiente, de vez en cuando,  se oía alguna risa, en el fondo yo sabía que tenía que atender, pues aquella clase de ética era la última antes del examen trimestral.
Estaba la profesora explicando que era a felicidad según diferentes filósofos.
Spinoza, pensaba que la clave de la felicidad esta en dar con aquello que te hace crecer, y en evitar aquello que nos empequeñece. Tenemos que experimentar, entrar en contacto  con las cosas y las personas, y sobre todo hay que seguir el criterio de la alegría y del gozo como guía de nuestras acciones.

Me cuestioné seriamente la veracidad de esta filosofía, y si yo sería feliz según este hombre, porque a veces lo que te empequeñece, te hace crecer como persona, como por ejemplo me pasó ayer.
Mis pies iban desacompasados con todo el resto de mi cuerpo, sentía como el corazón se me  salía por la boca. Metí mi último apretón y justo me di un fuerte impulso, para caer dentro del bus que  por unos instantes daba por perdido.
Saqué de mi riñonera de colores mi cartera roja, y la acerqué al aparatito que hacia un “Piiii” y me descontaba un viaje del saldo de la tarjeta del bus.
Me senté en la parte trasera del bus, como siempre solía hacer, pues allí era donde bullían mis pensamientos y decisiones más profundas.
Estaba exhausto y algo decepcionado, bueno, un poco bastante, pues no había sido capaz de contarle la verdad a mi pareja, y es que esa mentira acabaría conmigo.
 “No puedo seguir mintiendo sin pudor alguno a la persona que más quiero en el mundo” dije para mis adentros y  seguí pensando “he sido muy cobarde… pero ya son 7 meses intentando decirle la verdad”.
En ese instante, un hombre de unos 35 años con una camiseta del Real Madrid (como tenía que ser) y con cara de pocos amigos, interrumpió mis pensamientos, eufórico gritando “!!Goooooollllll¡¡.
Un muchacho de unos diez años preguntó que quien había metido, y dijeron que Cristiano Ronaldo, y se dibujo una sonrisa triunfal, en la boca de algunos pasajeros y en la mía por supuesto.

Por unos momentos se me había olvidado que tenía un gran problema, que era el de conseguir asumir ante mi pareja que llevaba 7 meses metiéndole sobre mi pasado, y es que esa misma tarde, ella me había preguntado, y yo le había vuelto a mentir.
Desbloquee el móvil, decidí decirle toda la verdad, pues ya no podía más con la bola de mierda (que es en lo que se había convertido aquella mentira piadosa).
Me sentía una mala persona, una traidor… el tipo de persona que yo no era.

Vi que en el whats up me salía en su perfil el típico “En línea”, y me puse a hablar con ella.
Conforme la conversación avanzaba, las lágrimas se dibujaban con más frecuencia en mis ojos, y es que nunca podría haber imaginado que nada así hubiera pasado, esa reacción fue muy extraña en Alex…
“Ya sabía que mentías… te crees que no te conozco cariño, y es que cuando te digo te conozco más de lo que piensas y tú me dices que no, es un sí.
No me importa que mintieras en un pasado y que hayas sido capaz de decírmelo en un presente, eso me hace feliz y no pasa nada, no llores que eres el hombre de mi vida, y bueno tranquilo que yo te sigo queriendo :P ”.
Esa… esa había sido su respuesta, en aquel momento en mi rostro se dibujó una gran sonrisa en mi cara, y unas lágrimas cayeron desde mis ojos hasta mi corazón.
El hombre que había anunciado el primer gol me dijo:
-Hemos ganado-
Y con una sonrisa de oreja a oreja le contesté sinceramente  -Si hemos ganado-.
L.Code



domingo, 24 de febrero de 2013

Cree en ti mismo


El cálido viento arropaba mi cuerpo, se oía a los pajarillos piar y la alta hierba era mi mejor colchón. Me despertó aquel rayo de sol que estaba empezando a provocar en mi rostro un picor algo desagradable.
En aquel paraíso todo era mucho más fácil, todo, los problemas parecían simples pesadillas que tenía en mis peores sueños. Me senté apoyando mi cuerpo en el bello Sauce llorón, y divisé a mi izquierda un camino que nunca había visto. Me incorporé curioso pensando en todos los secretos que aquel misterioso sendero escondía. Puse mi pie derecho en la tierra y al instante, todo se desvaneció, los pajarillos, la alta hierba, el cielo y el sauce, y allí estaba yo, en un camino desconocido, en medio de la nada. No me asuste en absoluto, pues sabía que pasara lo que pasara en aquel lugar todo era impredecible.
Brotó del suelo un cofre, de tamaño medio, de color marrón oscuro, en el que se podía apreciar unas letras que decían: “ábreme”, y eso hice, la abrí y encontré un sobre escrito con letra elegante y cursiva, lo abrí y decidí leerlo.
“La vida, es un camino lleno de obstáculos que debemos saber superar. Al final de este camino, hay un cofre que contiene la solución a todos tus problemas”.
Valiente y emocionado de que la solución a todos mis problemas estuviera al final del camino, me dispuse a andar con paso firme. Con forme iba caminando, en los dos lados del camino, se iban descubriendo imágenes, de mi, de mi pasado de mi presente, y de un nítido futuro.

Un ruido aterrador hizo que me parara en seco, piedra a piedra parte del camino empezó a derrumbarse, y con él todas mis esperanzas de encontrar la solución…Caí al suelo de rodillas, pero no, no iba a rendirme tan fácilmente. A mi lado aparecieron unas vigas, tornillos, un martillo, y cuerda, tenía que ponerme manos a la obra si quería acabar aquel puente rápido.

Tarde horas, días semanas, meses y años hasta que conseguí terminarlo y cruzar. Cuando llegué al otro lado tomé un aliento de fuerza y de firmeza y me puse a correr esperanzado de que mi respuesta estuviese cerca.

Un alto muro, impidió mi paso, pero ese tampoco sería impedimento alguno para pasar, pues lo escalé, me costó unas horas. Volví a reanudar mi paso firme, durante mucho tiempo, crucé ríos, escale montañas y atravesé cuevas…

Estaba cansado, destrozado, y destruido ya no podía mas... de mis ojos brotaban solo lágrimas  desesperanzadoras, lloraba cual niño sin consuelo, y así estuve horas, hasta que una mano me acarició la espalda, me giré y un chavalito con cara humilde me sonrió.

-Hola amigo-

-hola- dije cansado, y triste, ¿Cómo te llamas pequeño?-

-Me llamo Daniel, encantado-

Pasaron miles de cosas por mi cabeza en ese momento, hasta que se me ocurrió preguntarle el por qué de todo aquello-¿Por qué nunca llego al final del camino? ¿Por qué no alcanzo la solución? ¿Y por qué hay tantos obstáculos?-

El chavalito me sonrió y me dijo con un tono muy tierno -Esos obstáculos de los que hablas, no estaban cuando tu llegaste, todos y cada uno de ellos te los has puesto tu mismo-

-¿Qué dices?- dije atónito.

-Me caes bien ¿sabes? pues he visto a miles de viajeros en este camino, y algunos han muerto, otros nunca llegaron a encontrar la solución, pero a ti te voy a ayudar, pero tienes que prometerme que no te vas a quitar la venda de los ojos, y que vas a confiar al 100% en mi-

-Vale, lo haré- aquel crío me inspiraba confianza, y mucha ternura, tenía algo especial que no sabría describir.

Estuve caminando un rato de su mano, hasta que me dijo que ya habíamos llegado, me quitó la venda, y ahí estaba otro cofre… “esa sería la solución a todos mis problemas” (pensé hacia mis adentros). Cuando fui a darle las gracias por haberme ayudado aquel muchachito, había desaparecido, no le di muchas vueltas al asunto.

Me pregunté que habría en el sobre… ¿dinero? ¿Una casa nueva? ¿Un coche nuevo?

Decidí abrirlo de una vez… ¿y que había? Un sobre.

Lo abrí y leí:

“! Enhorabuena peregrino ¡Has conseguido llegar al final de tu camino, y la solución a tus problemas es esta:

Valora más tu vida, quiere a tu mujer tal y como es, se honesto con la gente que te rodea, sigue luchando, y nunca te olvides, de de creer en ti mismo”.

En aquel momento, desperté y abrí los ojos, una luz fluorescente me cegó.

Estaba tumbado en la camilla de algún hospital y Carlisle, mi mujer, estaba llorando sobre mi regazo, sonreí al poder verla, ella siempre estaba tan bella, aun con la cara llena de lágrimas era hermosa.

-Cariño, estoy bien te quiero- le dije tranquilizándola

-Gracias a dios-empezó a llorar aun más- cariño, no me des estos sustos-

-¿Pero qué ha pasado?- dije confuso

-Te ha dado un ataque al corazón Javier, otra vez. He llamado al un ambulancia, y en  nada estábamos aquí, ha sido todo tan rápido, todo esto en una simple hora, no te vuelvas a ir mi amor te quiero-
Todo había sido un sueño, una lección vital, y es que lo que había pasado era tan sumamente real…En ese momento besé a mi mujer y decidí hacer caso a la carta.
Javier, vivo años y años de felicidad junto a su mujer, tuvo 2 hijos Daniel, y Pedro, pero una mal día le dio un infarto y murió, estoy realmente orgulloso de haber podido ayudar a mi padre en aquel día, y de haberle guiado hacia la solución. Día a día voy a su lápida y leo la inscripción:
“Javier, buen padre, buen marido , luchador, saltador de obstáculos, escalador de montañas y constructor de puentes, una gran persona, que nunca dejó de creer en sí mismo”.

:)


 

 
Por fin había desaparecido...las gotas de sudor recorren mi cuerpo, las heridas de sangre aun seguían brotando de mis rodillas... temblaban y todo mi cuerpo tiritaba.

Cada vez notaba que el frio se iba  adentrando más y más  en mis entrañas.

Las manos apenas las podía cerrar y el castañeo de mis mandíbulas no podía evitar.

Me seguí adentrando en el bosque.

Se oían a los lobos aullar y el roce del viento en las ramas de los árboles provocaba un crepitar tenebroso.

No sabía qué hora era ni donde estaba me había perdido en el tiempo e incluso a veces dudaba de mi propia existencia.

Cada paso que daba sentía que el latir en mi pecho era cada vez mas fuerte... de repente oí detrás mío una rama del suelo romperse me pare me paralice mi boca no emitía sonido alguno sentía que el corazón se me salía del pecho, poco a poco me gire con lentitud temblando y casi llorando al fin conseguí girarme sentía que lo que había delante mío en esa oscuridad iba a terminar conmigo con la pesadilla que había empezado hace ya no se cuanto tiempo leyendo un simple poema…

 

Fuego fatuo que todo lo puede

Lo hace, lo crea, dos almas

Semidesnudas coloreándose

De amor y pasión…

 

Mis ojos viajaban lentamente sobre cada letra, verso, y sentimiento que aquel poema escondía.

Cinco dedos apoyándose bruscamente sobre mi hombro, detuvieron de una manera muy inesperada mi lectura.

Asustada, giré la cabeza lo suficiente como para poder identificar, a aquella persona que había conseguido que diera semejante bote sobre el sillón de cuero.

Para mi sorpresa, no hallé a nadie, y Christine no podía ser, pues se había ido a trabajar y volvía a las 11.

Me parecía algo muy extraño, pues juraría que me habían tocado por la espalda.

Decidí inspeccionar la casa algo acongojada, miré debajo de las escaleras, debajo de las camas, en la bodega, e incluso me había aventurado a mirar en el sótano.

Y es que no había ni un alma en metros a la redonda, estaba muy asustada, pues noches anteriores, en casas del barrio, había  habido una serie de asaltos con violencia.

En un instante, pensé que mi vida acababa, que ya nada tenía sentido, pues acababa de oír pisadas detrás de mí, me giré pero el brazo que me estaba rodeando por el cuello el cual no sé de donde había aparecido, me estaba ahogando. Pegué un grito ahogado en el silencio, pues la otra mano, estaba presionando contra mi boca y mi nariz un pañuelo, con no se qué sustancia.

Quería defenderme, no rendirme seguir luchando, pero cada segundo que pasaba sentía que me desvanecía, que se me nublaba la vista, y perdía fuerzas y el conocimiento…

 

 
L.coode

sábado, 9 de febrero de 2013

Oli, Cristina Y julia


                                                                                                                      11/11/2012

Hola:

Me llamo Cristina, Vivo en Zaragoza, quiero ser psicóloga, tengo 18 años, soy una persona ambiciosa, alegre, divertida, y extrovertida, soy una persona algo insegura, siempre intento ayudar a la gente.

Mi apariencia, dice mucho de mí, siempre visto con pantalones pitillo por debajo del culo, y sudaderas grandes. Tengo el pelo rubio, y ojos azules, un pircing en el medio del labio, y una sonrisa que me caracteriza.

 

Mi familia es lo mejor que podría tener en la vida, bueno me corrijo, lo mejor que tengo en la vida es mi pareja Julia, (sí, soy lesbiana), tiene los ojos verdes y el pelo moreno, es increíble, llevamos 6 meses de relación.

Tengo buenos amigos, y gente que me quiere, cosa que me hace feliz.

 

Tengo una amiga que se llama Olivia, pelo rizado, ojos marrones, una nariz chata y no llega al metro sesenta,  la conocí por internet, pues era amiga de una amiga.

Poco a poco, la fui conociendo, es una persona increíble, buena con todo el mundo, ha sufrido mucho en la vida, cosa que me parte el corazón.

Conforme fue pasando el tiempo Olivia, se convirtió en una persona muy importante en mi vida, hasta el punto de que la quería como a una hermana.

Ella no vive en la misma ciudad que yo, algún día de estos tendré que ir a verla yo.

                                  

                                                                                                                      31/11/2012

Ayer fui a ver a Oli, (así la llamo cariñosamente).

Cogí, el coche, el viaje fue tenso, pues tenía ganas de verla, tenso pero corto, pues vivía a media hora en coche. Cuando la vi, le di un gran abrazo, la note algo impaciente y más nerviosa de lo normal. Había traído a sus amigos.

Oli parecía una persona distante, a la que hay que quitarle capas y capas, para llegar a ese corazón de oro que tiene.

Fuimos a tomar algo y a fumar un ratillo.

Noté a Oli, vergonzosa, pero no le di mucha importancia.

Salí de allí sobre las 11:00 de la noche, y me lleve a un par de amigos suyos que Vivian por la zona, Alba y Álvaro.

Me había sentido algo rara y les pregunte, que por que había estado así Oli, ellos me dijeron que los días previos a que fuera, había estado histérica perdida, que hablaba todo el día de mi y que me quería muchísimo.

Cosa que me hizo plantearme para mis adentros, ¿y si estaba Oli enamorada? ¿Por eso había estado así? Imposible, me dije.

 

                                                                                                                      12/12/12

 

Me siento fatal… pues esas cosas que me habían dicho los amigos de Oli, me estaban comiendo el coco, yo la quería, no me plantee nunca tenerla como algo más que amiga, era mi hermana, mi confidente, mi mejor amiga, no sabía qué hacer y hable con Alicia, mi mejor amiga, ella me dijo que sí, que Oli parecía enamorada, y hable por teléfono con Julia, mi novia, ella me dijo que no sabría la verdad hasta que le preguntara directamente a ella.

 

Julia siempre tenía la razón… pero decidí que pasaran los días, haber como iba la cosa…

                                              

                                                                                                                      30/12/12

 

Bueno, estoy triste, muy triste, pues echo muchísimo de menos a Julia, no la veo desde hace dos semanas, pues se fue a casa de sus padres por navidad y la necesito pero bueno….

Mañana me han invitado a un cotillón en  la parte vieja de la ciudad, para despedir este año, y dar la bienvenida al 2013, seguro que me lo voy a pasar genial.

                                                                                                                      12/01/2013

Bueno…

Día el día 31, fui al cotillón con unos amigos.

Habíamos estado bebiendo y echándonos unas risas, sonaron las 12 campanadas, cuando esto termino, mi teléfono empezó a sonar, la primera que me llamo fue Julia, después mis padres, no les oía nada, así que les colgué.

Al rato me llamo Oli, decidí salir de la fiesta para poder escucharla.

La noté un poco afectada por los efectos del alcohol, bueno, un poco bastante, yo iba con el puntillo. Era la ocasión perfecta para preguntarle si ella sentía algo por mí.

Eran las 4 de la mañana, y yo le dije que tenía que volver a la fiesta a lo que ella me dijo:

 

“Cris, llevo enamorada de ti desde el primer día que te conocí”

 

Me paralice, no sabía que decirle, no sabía cómo reaccionar, a lo que mi acto reflejo fue colgarle.

Llamé a su hermano David, para que cuidara de ella, yo decidí volver a la fiesta y recibir el año como se merecía, pensé que al día siguiente no me acordaría de nada….

 

Me desperté viendo algo borroso, y con un dolor de cabeza inmenso iba con la el traje de la noche pasada, no me acordaba de nada, excepto de la conversación con Oli…

Desde que pasó esto, no he vuelto a hablar demasiado con Oli, la culpa me reconcome, me siento fatal, me he dado cuenta de que la quiero más de lo que pensaba.

No se amarla, no sé cómo hacer que sea feliz, la he apartado de mi vida, no he dejado que siga a mi lado, pues eso le hace daño, pero estar separada de mi le hace más daño… Yo le hago daño, no sé si lo que hago, esto de apartarla de mi vida, es correcto y no sé si estoy siendo egoísta, solo sé que he perdido a mi hermana, a mi otra mitad, a mi alma gemela, a la persona que siempre me hacia sonreír, a mi pequeña, a mi ricitos, a mi… a mi Oli… mi, mi todo.

                                                                                                                      22/07/2027

 

Yo seguí adelante con mi vida, me fui a la universidad, estuve viviendo con Julia muchos años, nos casamos, y Oli no vino a la boda.

Adoptamos 2 niñas, Magali y Shasha.

Y ahora, hoy 14 años después de todo… Me pregunto qué sería de Oli, donde estaría, si había encontrado el amor,  y que sería de mi, si le hubiera dicho que  por aquel entonces algo mas era lo que yo que sentía por ella, y que hubiera pasado, si no me hubiera obsesionado con saber la verdad…

 

L.Code

Superacion


-Hola compañero, ¿puedo preguntarte que haces aquí?

-Pues te voy a contar porque estoy aquí, por querer a mi madre, y por tener valor-

Había dejado de cantar, eran las ocho aproximadamente, y como era habitual, ella se disponía a acicalarse debidamente para recibir a mi padre, que llegaba cansado y harto del trabajo, y como buena mujer de echo ella tenía que aguantar todas sus replicas con una sonrisa de oreja a oreja y sin rechistar. Se dispuso a ordenar meticulosamente la casa, para que mi padre lo encontrara todo perfecto. En el cuarto de estar, enfrente del televisor, había una mesilla que encontraba desconocida, pues el mantelito de flores que recubría su superficie, no era el habitual, pues yo, tan torpe como siempre había derramado la leche, y estaba en la lavadandería, mi madre estaba algo preocupada porque esto le disgustara a  mi padre.

La disposición la sala principal , era siempre la misma, la funda del sofá con bordado blanco, con un fondo rojo, la mesilla con el mantel marrón, el jarrón con lirios, y miles de detalles cuidados milimétricamente.

Tenía el tic-tac del reloj clavado en la sien, y mi madre cada vez estaba más ansiosa de la llegada de su amado, y perfecto marido. Se oyó de repente la cerradura, dar tres giros, para que se abriera la puerta, diera lugar a la visión de  mi robusto padre, el cual parecía cansado, disgustado, amargado y afectado por el alcohol, mi madre lo recibió con una gran sonrisa, decidí observar aquella escena desde la fina ranura que dejaba en la puerta de mi cuarto para poder ver que iba a suceder, y escuché a mis padres charlar;

- Hola cariño, ¿Qué tal el día? ¿Qué tal te ha ido el trabajo? ¿Al final conseguiste cerrar aquel importante trato que tenias con aquellos japoneses?- dijo mi madre interesada.
-No, no he conseguido una mierda, el día horrible, y el trabajo, agobiante como siempre, me atosigas con tanta pregunta, anda, haz algo útil y tráeme una cerveza de la nevera.

Mi padre, tiene tendencia a la bebida, y a veces cuando me voy a la cama oigo a mi madre llorar hasta altas horas de la mañana.

-¡Cariño, no hay cervezas en la nevera ¡¿quieres otra cosa?- grita mi madre desde la cocina.

-¡¿Cómo que no hay cerveza?! Joder, María te dije que compraras cervezas, que llego cansado y agotado del trabajo, y para una cosa que te digo que hagas, vas y no la haces, hay que joderse.

-Espera espera, a si que tu padre era uno de esos maltratadores-

-Sii pero déjame seguir con la historia-

Veo a mi madre salir de la cocina disgustada

-Cariño he tenido que llevar a Luis al instituto, pues lo he levantado antes porque tenía que estudiar y no me ha dado tiempo, lo siento, lo siento muchísimo mi amor, la próxima vez no te fallaré, lo siento de verdad-

-Si tanto me quisieras, no harías las cosas tan mal, y no tendrías que disculparte, que desperdicio de mujer, me casé con una mujer que no sabe ni comprar algo que le pido-

- Lo siento mi vida, si quieres te puedo compensar luego cuando Luis este ya dormido-

-No no quiero nada de ti, María, por cierto antes de que te vayas, quiero que me expliques un pequeño detalle, ¿Qué coño ha pasado con el mantelito de la mesilla en la que tengo puestos mis pies?-

- Nada, que Luis esta mañana desayunado lo ha ensuciado y está en la lavadora, no le eches la culpa al chaval es mía-

Oh mierda, había conseguido meter a mi madre en un lio, no supe que hacer, decidí seguir escuchando

-No protejas al chaval que ya tienes sus 15 años, yo a su edad ya me habría tirado a un par de putas, vaya familia de inútiles-

De repente agudice el oído, no podía percibir  nada, ni el resoplido de una mosca, hasta que oí un gran golpe en seco, y al instante vi caer a mi madre al suelo…

¡Otra vez no! ¡Otra vez no podía estar pasando! Me senté detrás de la puerta, haciendo fuerza para que a mi padre no se le ocurriera entrar, durante unos 5 minutos solo se oyeron insultos gritos, cosas rompiéndose, y llantos.

 Cerré con fuerza los ojos, me caí ligeramente al suelo, me llevé las manos a la cara, y me desesperé totalmente, empecé a no saber qué hacer, y a estirarme del pelo, a respirar entrecortadamente, no podía soportar más esa situación, algo tenía que hacer,  alcé la vista, y ahí me vi, en el gran espejo, cobarde y llorica, pequeño e insignificante, me sequé las lagrimas y analicé la situación; el hombre al que yo llamaba padre, estaba acabando con una de las personas a las que más quiero en este mundo, y no puedo dejar que ocurra. Levante, con fuerza la mirada y cerré fuerte los puños, me levanté del suelo con decisión, y decidí salir de la habitación.

 Mi madre estaba arrinconada en la esquina mientras mi padre le echaba una represaría, y le daba una patada en la boca.

-¡Para¡ ¡no la toques!¡basta!- le grite con todas mis fuerzas.

-Hombre, pero a quien tenemos aquí… mira María, el pequeño Luis parece que ha salido a defenderte-

-¡No¡ ¡ a él no le hagas daño¡!pégame a mí, me lo merezco¡

Mi padre empezó a reírse a carcajadas, y a mirarme con cara de loco. El puño derecho cada vez lo cerraba con más y mas fuerza, “Actúa o este es el final” pensé para mis adentros.  Aproveché un pequeño despiste que tuvo aquel hombre, para rodearle el cuello con mis brazos, el era más mayor que yo, y casi me puede.

-¡No Luis¡ 1no hagas nada de lo que te puedas arrepentir¡- me gritaba desesperada mi madre

Conseguí sin querer acabar con aquel hombre y con aquella pesadilla. Mi madre supo continuar su vida, sin aquel cabrón, se supo volver a enamorar de un hombre que la quería de verdad y que la valoraba solo como ella merecía y ahora ella es feliz, eso es lo que importa, ¿No es así?

- Si, la verdad es que tienes razón amigo, va a ser verdad que esto del correccional no es tan mal, por cierto me llamo Vladimir-

- encantado Vladimir, yo me llamo Luis-
L.Code

¿Como no te voy a a querer?


-¿Cómo no te voy a querer?, ¿en serio me lo preguntas?
mira cariño, ya es mucho tiempo el que llevamos juntos y…

-¿Me estas dejando?

-No, no te estoy dejando, déjame hablar por favor

-Vale…

-Como decía antes, llevamos mucho tiempo juntos, y me parece más que increíble esta situación, contéstame a unas preguntas y sabrás realmente si esto que tenemos es algo verdadero

-Vale pero no me toques la moral…

-Tranquila, haber esto... ¿Tú me quieres?

- Sí, tengo muy claro que te quiero, ¿Cómo puedes creer que no te quiero?

Al instante se levanta de la cama, con un cojín verde pistacho en la mano, y me asesta un cojinazo

-Cariño, tranquila solo son meras preguntas, tu solo has de contestarme.

-Vale, pero no me cambies de tema

-No, cielo, haber ¿tú qué crees que es la fe?
-¿Ves ya me estas cambiando de tema?

-Contesta- le digo con un tono firme e imponente

-Pues… yo creo que la fe es el cato de creer en algo que no ves y que no sientes, algo abstracto.

-¿El amor en si es abstracto?

-si

-pues te acabas de contestar a ti misma cariño-

-¿Cómo? ¿Pero cómo se que me lo dices de corazón?
-mira cariño, ya te lo he dicho antes, yo estoy contigo porque te quiero a ti, y no a otra persona, eres mi vida, mira para demostrártelo te prometo “un para siempre”.

-Espera espera, ¿Siempre?

-Sí, siempre, una eternidad, tú y yo

-Pero Raúl, no me puedes prometer eso, pues el futuro es incierto, y no sabes que pude ser de nosotros, imagínate ¿y si nos separamos?

-Seguiré a tu lado

-¿y si no quiero que me hables?

-Te hablaré

-¿Y si no quiero verte?

-Te abrazare por detrás te tapare los ojos, y te diré “¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre? Iba totalmente en serio, te quiero Alba, y siempre lo hare.

-Joder cielo, no sé qué decirte

La cojo de las manos, me incorporo de la cama, le pongo mis manos sobre su pequeño rostro, y le digo

-Ten fe en ti y en mí, porque esto nos es un tú y un yo, si no, un nosotros.

-Vale cariño-me dice entre lagrimas y llantos

-No llores pequeña, no merece que un rostro tan bello como el tuyo sea manchado con lágrimas-

-Sigo sin saber que decirte mi vida-

-No digas nada, solo bésame-

 

                                                           L.code

Buscado al buscado :D


Aquel lluvioso día de invierno me metí en un antro que divisé a la vuelta de la esquina.

Henry and company se llamaba el nombre de aquel curioso bar en el que estaba dispuesto a ahogar mis penas.

                    

Cuando entré, estaba más que abarrotado de gente, como no, siempre estaba rodeado de ellos, había mesas redondas de distintos colores y formas y las sillas parecían sacadas de otro siglo futurista.

Me senté en la barra del bar, en un taburete en el que me costó muchísimo subir, pedí un Burbon bien cargado y  me puse a analizar a los camareros.

El que me atendió iba lleno de pircing y tattoos, hubo uno que me llamó mucho la atención, eran dos rosas una rosa, y otra blanca, que estaban entrelazadas entres si, era precioso.

-Aquí tiene- me dijo aquel curioso camarero que parecía salido de un circo, y que por cierto interrumpió mis pensamientos.

Cogí aquel vaso chato, eché un gran trago, y al instante empezó a arderme la garganta, (literalmente).

 

Me puse a pensar;

No tenía familia, no tenía apenas amigos, no tenía amigos y no era ni mucho menos rico, pues tenía un trabajo en el que todo el mundo me buscaba, todo el día entre gente muy diferente, entre familias amigos parejas y desconocidos, y es que todo el mundo me buscaba pero el que no se encontraba con uno mismo era yo…

Tenía graves dudas, sobre la existencia, y sobre si estaba conduciendo mi vida por el camino perfecto.

 

Me quité las gafas, y me bebí de un trago lo que quedaba en aquel chato…

Cuando quise darme cuenta ya iba por la octava ronda, era muy triste emborracharse solo, -no debería usted beber mas- me dijo el camarero, le hice caso, pagué la cuenta y decidí marcharme de aquel extraño bar.

 

Seguía lloviendo, al contrario que hace unas horas no me desviví en taparme para protegerme de la lluvia.

Miré hacia el cielo, y noté como iban las gotas recorriendo todos los rasgos de mi rostro.

No era capaz de sostenerme sobre mis dos pies asique decidí ir al callejón de la calle paralela y sentarme junto al contenedor, bajo la lluvia.

Lo único que brotaba de mis ojos eran lágrimas, me sentía como aquel niño sin piruleta, o aquel adolescente incomprendido.

 

Puse mi cabeza entre mis rodillas, y me quedé helado, atónito, impresionado, descolocado por lo aunque mis ojos borrosos acababan de divisar... Me pregunté si sería el efecto de alcohol, porque aquel gatito rallas de colores  no podía ser más que fruto de mi imaginación.

 

-A mí también me están buscando todo el día – me dijo con una voz muy grave y ronca

- Eh ¡amigo, te estoy hablando a ti-

-Sí, si lo sé pero ¿realmente existes?- le pregunte algo descolocado

- Si, si que existo igual que tu ¿No?-

- Si, pero ojala no fuera así- (no me lo podía creer estaba hablando con un gato multicolor) me dije para mis adentros.

-Calla, deja de lamentarte y escúchame pero no con la cabeza si no con el corazón ingenuo humano-

-Vale- dije con algo de indiferencia

-A nosotros nos buscan por quienes somos, y por qué hacemos, nuestra labor es increíble,  no desahogues tus penas en alcohol, no merece la pena, no llores, porque, como te he dicho antes eres grande, provocas miles de sonrisas en los niños cuando te encuentran , e incluso unes familias, piensa que eres único como yo, no tienes muchos amigos, es cierto, pero los amigos que tienes serán para siempre, no eres rico, pero tu corazón no tiene precio, y no tienes pareja, bueno tiempo al tiempo, amigo valórate mas a ti mismo-

Valore aquellas sabias palabras del minino multicolor, iba a contestarle, pero ya había desaparecido.

 

Desde aquel día, valoré mucho más las cosas, me volqué al 100% en mi trabajo, pues me di cuenta de la verdadera esencia de la vida, había aprendido a valorar lo que tenia, a que no se mide la riqueza de una persona por el dinero que tenga, si no por la cantidad de cosas que no cambiaría por ello, y es que por fin, gracias al fenilo me había encontrado a mí mismo.

Sí, siempre visto con un jersey a rallas blancas y rojas y llevo un gorrito a conjunto, llevo gafas negras de pasta y zapatos negros, y me llamo Wallie.

 

                                                           L.Code